LA HIPNOSIS: ESA GRAN DESCONOCIDA

Sé que la palabra hipnosis ya crea curiosidad, y sé que muchos de vosotros habéis oído hablar de ella o habéis visto espectáculos. Incluso algunos ya habréis pasado por una sesión de hipnosis con algún profesional. Aún así, creo que la hipnosis es esa gran desconocida de la que todos hablan, se cree saber mucho y que en realidad no se sabe nada o se sabe muy poco.

Así que este post va destinado a que la conozcáis.

Os la presento, ésta es LA HIPNOSIS.

Durante mucho tiempo, la hipnosis ha sido asociada a lo extraño y misterioso o incluso a las atracciones de feria,etc. Se han tejido multitud de fantasías y leyendas que han hecho mucho daño a la difusión, uso y aceptación de los recursos que la hipnosis pone al alcance de los profesionales de la salud que nos dedicamos a ella usándola como un instrumento de trabajo potente y facilitador para resolver problemas.

Desde hace algunos años, ha empezado a ocupar el legitimo lugar que le corresponde y en la actualidad, la hipnosis es reconocida como una herramienta sumamente efectiva para modificar el comportamiento y la curación. De hecho, el estado hipnótico es un estado natural, muchos de nosotros entramos en ese trance sin darnos cuenta y sin saberlo. Existen muchos ejemplos que ocurren en nuestra vida cotidiana:

–  Yendo por una autopista conocida y pasarnos de largo la salida porque es un momento dado “desconectamos”.

–  Llegar a un sitio en coche y no recordar por donde hemos pasado o cómo hemos llegado

–  Quedarnos unos segundos con la mirada extraviada, con la mente en blanco, incluso mirando la T.V., podemos tener la vista fijada en ella sin verla. Incidentes como estos son comunes.
¿Qué es entonces la hipnosis?
Es pasar de un estado de alerta a un nivel diferente de conciencia. Simplemente es otro estado mental al que me dirijo para estar mejor. Es un estado de conciencia alterado y con elevada respuesta a la sugestión en la cual el paciente se desconecta del mundo exterior y se concentra en experiencias mentales, sensoriales y fisiológicas. Puedo entrar en ese estado sin darme cuenta, de forma espontánea, o bien dirigiéndolo, por uno mismo auto-hipnosis o por una tercera persona, el hipnoterapeuta. En este caso, el terapeuta es sólo un guía.

Estar hipnotizado no es estar dormido. La conciencia sabe siempre lo que uno experimenta mientras está hipnotizado. Pese al profundo contacto con el subconsciente, la mente puede comentar, criticar y censurar. Tenemos siempre control sobre lo que decimos. La hipnosis no es un suero de la verdad, como muchos creen. El trance hipnótico es una activación y focalización de la atención unido a un estado de relativa desconexión periférica. Supone tal intensidad de focalización que permite a la persona hipnotizada rentabilizar al máximo sus habilidades innatas para controlar la percepción, la memoria y las funciones somáticas y emocionales.

Un paciente en hipnosis es una persona atravesando un estado de relajación importante y muy placentero, despreocupado de todo, concentrando sus recursos mentales en un punto focal que le propone el terapeuta para alcanzar resultados tangibles y beneficiosos.

Por otra parte la hipnosis no es un QUÉ sino un CÓMO: es una herramienta de abordaje y tratamiento en el contexto de una terapìa que cada psicólogo usará según su criterio y formación. Permite allanar el camino, acortar un tratamiento, disminuyendo y aliviando las tensiones, la angustia y el estrés.
¿Qué hace posible que pasemos de un nivel de conciencia a otro?
Vayamos a los ejemplos prácticos para que la explicación sea más comprensible. Y vayamos al ejemplo de la conducción: Todo lo que hemos aprendido lo hemos almacenado en el subconsciente. Conducimos, pues, de una forma mecánica. Empieza el día, entramos en el coche, conducimos hasta la autopista y alcanzamos una velocidad uniforme. En ese momento, el conocimiento que necesitamos para conducir está libre, va a la deriva permitiendo que el subconsciente se vuelva mas activo. Podemos llegar a estar tan absortos en nuestros pensamientos que a lo mejor conducimos hacia el trabajo cuando ese día íbamos a comprar el pan porque no trabajamos. Pero, sin embargo, si tenemos que prestar atención a algo, como cambiar de carril, evitar algo en la carretera,etc, nuestro consciente vuelve a entrar en acción y hacemos consciente lo que debemos hacer, como cambiar de carril.

Estos ejemplos cotidianos, serían el primero de los niveles en un estado de trance, por supuesto,existen varios niveles: superficial, trance moderado y trance profundo.
    No existen limites rígidos separando un nivel del siguiente. Los niveles pueden entremezclarse y cada uno, eso si, tiene unas características mentales y físicas.    Así, que antes de continuar, me gustaría desmitificar lo que es la hipnosis, aclarando dudas y preguntas que la mayoría de la gente tiene y se hace, producto de la desinformación.

¿Puede un hipnotizador hacerme hacer cosas que no quiera hacer o decir ?
Jamás podrás hacer nada que vaya en contra de tu código moral. Osea que no “viola” tus propios valores o pautas aceptadas de comportamiento.
¿Pueden hipnotizarme si yo no quiero ?
Indudablemente no. Sólo las personas que desean ser hipnotizadas entran en trance, es más, puedes desearlo conscientemente y sin embargo puede existir algún motivo a nivel inconsciente que te bloquee y no te deje concentrarte.

Es importante recordar que entrar en trance es una opción nuestra y podemos salir de él siempre que queramos.No hay buenos ni malos hipnoterapeutas, si no personas más o menos sugestionables.
¿La facultad de hipnotizar es un don natural ?
No, cualquier persona con mediana cultura puede aprender a hipnotizar. Su destreza dependerá de la persistencia en el estudio y de su práctica, lo mismo que es necesario en cualquier actividad humana.    La voz va a ser importantísima, el tono, a veces persuasivo, a veces directivo… La palabra va a ser un arma primordial, como el bisturí en manos del cirujano. Pero desde aquí os aconsejo que si hacéis una sesión de hipnosis, la hagáis con un profesional ya que en este campo también hay gente que se dedica a practicarla sin ninguna preparación oficial.

¿Voy a acordarme de lo que ocurra en la sesión de hipnosis ?
Sólo no te acordarás si el hipnoterapeuta te ordena que no te acuerdes. Y aún así, a veces te sigues acordando. Te vas a acordar de todo porque no estas dormido fisiológicamente, sino como decía antes, estás en otro plano de conciencia, donde la agudeza de los sentidos aumenta de forma increíble. Todos los sentidos están a flor de piel. Es más, depende del problema que estemos tratando lo que interesa, precisamente, es que la persona viva intensamente el momento y recuerde todo lo que pasa. Eso precisamente, sería lo más terapéutico.
¿Para qué sirve la hipnosis?
Existen tantas aplicaciones como sujetos hipnóticos haya.  En consulta he descubierto que es un instrumento de trabajo importantísimo para ayudar a los pacientes, cambiar malos hábitos, tratar las enfermedades psicosomáticas, los problemas emocionales y en general para mejorar la vida.

Se puede hacer de distintas maneras:

Una forma de trabajar sería trabajando el síntoma que padece el paciente (ansiedad en sus diversas modalidades: angustia generalizada, ahogos, taquicardias, mareos, insomnio, problemas intestinales, dolores corporales, asma, psoriasis, etc). Ya que el estado hipnótico supone un incremento y alteración de la concentración y el desarrollo de la capacidad para producir cambios en la percepción y en determinadas funciones corporales, resulta lógico que sea una herramienta útil para tratar estos problemas psico-somáticos.

En mis años de practica clínica me he dado cuenta que la hipnosis se puede trabajar desde un aspecto “educacional”. En concreto, resulta mas eficaz la intervención como una lección de auto-hipnosis que el paciente puede utilizar para reducir el síntoma.
Este tipo de aproximación de denomina “reestructuración” . El principio de la reestructuración en la hipnosis se basa en la focalización de la concentración, característico de los estados de trance. De este modo se ayuda al paciente a desarrollar una estrategia para el cambio que equivalga a una experiencia de afirmación más que a una lucha con el síntoma y que se centre mas en lo que ellos buscan más que en lo que quieren combatir. Por ejemplo, muchos pacientes verbalizan en consulta frases como “no soporto mi ansiedad” “ésta angustia me está matando” “odio mi dolor físico porque me anula”, etc, En estos casos  en lugar de decirse a si mismos “no tengo ansiedad, no tengo angustia o no tengo dolor”, se les enseña a utilizar el ejercicio de la auto-hipnosis para centrarse en el cometido de proteger su cuerpo. Según este tipo de enfoque, la mente y el cuerpo son distintos pero interdependientes, y el objetivo consiste en cambiar la relación con el síntoma. Asi pues, ésta perspectiva del paciente sobre el problema se amplia, haciendo de la resolución del problema en si mismo un ejemplo de la amplia muestra de aspectos relacionados con el propio cuerpo.

Este enfoque terapéutico evita la trampa de estar cada vez mas atento al problema ya que cuando el paciente llega por primera vez a la consulta gira en torno a la enfermedad o síntomas que en ese momento padece. Esta estrategia de reestructuración se puede ampliar también a síntomas psico-somáticos que tengan que ver con el dolor. En este caso, se le enseña al paciente a transformar la señal del dolor enfriando, calentando o entumeciendo la zona del cuerpo afectada, o centrándose en alguna otra parte del cuerpo. De este modo, los pacientes pueden sobreponerse a los impulsos o síntomas, a base de no luchar contra ellos sino más bien de someterlos al cometido de relacionarlos de otro modo con el cuerpo, o mediante el desarrollo de la capacidad hipnótica para transformar las sensaciones.

¡Hasta aquí nuestro viaje de hoy sobre qué es, que no es y para que sirve la Hipnosis!

¡¡Te espero en el próximo!!

 

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